- Papá de G
Diferentes con mismos ideales

Es normal que cada persona tenga sus propias metas, objetivos y sepa (o esté buscando) que quiere de la vida y a través de sus experiencias, círculo de amigos, familia, ámbito laboral, etc., va formando aficiones, gustos, creencias, etc. y mientras viva sin hacer daño a alguien, para mí está bien.
Cuando empiezas a buscar pareja, enamorada, novia, de hecho, al inicio todos sabemos que todo es color de rosa. Los primeros meses se vive en el paraíso y es comprensible que mostremos nuestra mejor cara para agradar a la otra persona.
Con el pasar del tiempo, vamos mostrando poco a poco como somos. Por ejemplo, yo tengo la costumbre (y gusto) de estar sin zapatos. Cada vez que puedo, donde esté, me saco los zapatos y una vez, en casa de Grace cuando recién empezábamos de enamorados, sus padres entraron de sorpresa a la casa mientras yo estaba echado en los muebles y descalzo. Habrán pensado que soy fresco (en realidad soy más de lo que pensaron jajaja).
Pasaron los años y nuestra relación también, hasta que nos dimos cuenta que queríamos estar juntos para siempre. Decidimos ahorrar para una casa, esa fue nuestra prioridad y empezamos a ver todo ya como familia, incluso antes de casarnos.
En ese tiempo, nos dimos cuenta que tenemos muchas cosas en común, y no me refiero sólo a gustos y cosas del día a día, sino que nuestras familias nos habían criado de manera similar y que teníamos objetivos claros como persona que eran muy parecidos a los del otro. Por ejemplo, ser muy apegados a la familia, y a Giulia también la criamos así. Preferimos hacer sacrificio en algunas cosas para realizar otras. Tuvimos un matrimonio hermoso, fuera de país (ver post Casarse en el extranjero) pero que resultó mucho más barato que uno en Lima y nos permitió comprarnos el depa donde vivimos. Hacemos algunos otros sacrificios para hacer lo que más nos gusta: viajar, y ahora siempre lo hacemos todos juntos. Los valores que le inculcamos a Giulia, sobre el respeto a todos por igual, y todo lo que enseñamos con el ejemplo por eso trato de no renegar mientras la llevo al colegio. Hasta el gusto por los alimentos que comemos, la fotografía y muchas cosas más.
Pero creo que mucho más importante es que coincidimos en la mayoría de cosas que hemos decidido para Giulia, desde las cosas más simples hasta cosas más trascendentales como por ejemplo a qué colegio inscribirla y cómo la criaremos. De lo contrario, sin haberlo considerado antes, hubiera generado una discusión muy importante sobre el futuro de nuestra hija.
Obviamente tenemos diferencias, estilos y gustos diferentes, que van desde platos de comida hasta las series que nos gusta ver en la tele pero consideramos que en lo más importante y trascendental para nuestro desarrollo como familia, pensamos igual.
Creo que nos ayuda mucho tener bastante tiempo juntos. Éste año cumplimos 15 años juntos y de hecho que se hace mucho más fácil, a estas alturas de la vida, compartir tus días con alguien con la que tienes mucha confianza y hasta sabes qué es lo que va a decir.
Y si tienen diferencias, la mejor solución es conversarlas y llegar a un acuerdo en conjunto porque a lo decidido no hay vuelta atrás, si se aman y quieren pasar la vida juntos, siempre se tiene que ceder.